La historia de nuestro Barrio Norte

Vecinos de la laguna «Las Tres Pascualas», que llegaron a vivir cuando el sector estaba formado por fundos nos narran sus experiencias de vida.

La señora Rosa Elvira Zúñiga de 78 años de edad es vecina de Barrio norte desde hace 72 años, creció en este lugar y formó una gran familia, hoy algunas de sus nietas son alumnas de nuestro colegio T.P. Los Acacios, nos cuenta sus vivencias en los orígenes del barrio.

¿Cómo era el barrio antiguamente?

Sólo habían 5 casas en este sector, eran fundos con eucaliptus, pinos, chacras, zarzamora, se andaba en carretas y caballos, el dueño del fundo era de la familia Aguayo, luego pasó a ser del señor Padilla pero luego él vendió una parte de su fundo, porque la otra parte del Cerro La Pólvora hacia allá (Chillancito) era de su señora, arriba del cerro había un estanque donde se juntaba el agua y se sacaba con baldes. Se alumbraba con chonchones, mis padres llegaron el año 40′ luego del terremoto del 39′ , yo tenía 6 años cuando llegué y teníamos que andar con botas de goma por el barro, porque no había caminos, hab[ia tren que pasaba todos los días, iba de Concepción a Chillán. Yo saludaba a la gente del tren y así conocí a mi esposo que viajaba en él, hasta que un día me vino a ver a la parcela. Yo tenía 16 años, nos casamos, tuvimos 10 hijos, 34 nietos y 18 bisnietos.

En el año 48′ comenzó a llegar el agua y la luz eléctrica a las casas grandes, en el año 69′ se hicieron las primeras calles con la urbanización del sector.

Cuando se vendió esta parte del fundo se formó la primera comunidad que compraron en forma particular parte de las parcelas y otros fueron tomas municipales, por ejemplo, el Cerro La Pólvora.

¿Cómo ha sido para usted los cambios del barrio en los últimos años?

Ha sido notorio el cambio, ya que antes había más delincuencia en el lugar, pero ahora tenemos la vigilancia de carabineros. Estamos organizados en juntas de vecinos y se vive mejor que antes.

¿Qué información tiene usted de la leyenda Las Tres Pascualas?

Solo lo de la leyenda, que eran tres hermanas, las Pascualas, que iban a lavar a la laguna y se ahogaron. El callejón del Diablo por donde salen a penar, dicen que los espíritus de las Pascualas aparecen cada ciertos años en la noche de San Juan.

Don Guillermo del Carmen Pardo Jerez, de 68 años de edad, vive en calle Vicuña Mackenna Nº1512, es viudo, casado por segunda vez, tiene 5 hijos y 6 nietos, es mueblista y trabaja en su taller de carpintería. Reside desde hace 53 años en el barrio.

¿Cómo era la gente que vivía en el sector?

La gente que vivía en el sector era igual que ahora, muchos salieron adelante con trabajo y esfuerzo, otros eran de malos hábitos. Del año 65 en adelante, uno pasaba y veía un grupo de niños inhalando neopren a la orilla de la línea del tren.

Mi señora y yo educamos a nuestros hijos con nuestro trabajo y esfuerzo, mi hijo menor, Victor José Pardo Barrera, estudió en el colegio T.P. Los Acacios hasta egresar de 4º medio y a través de una beca que el colegio le consiguió hoy estudia último año de ingeniería civil en la Universidad del Biobío. Soy un vecino agradecido del colegio.

¿Cómo le afectan los cambios que han sucedido en el barrio?

No me afectan, al contrario, donde ahora está el colegio antes había una quinta con hortalizas y chacras. Teníamos que sacar agua de un pozo en la casa grande que estaba en Bandera con Janequeo, no había agua potable. En el año 1965 aproximadamente llegó la red eléctrica, y en el año 1969 el agua potable. Hoy se vive mejor, el barrio crece y está moderno.

¿Qué información tiene usted de la laguna Las Tres Pascualas?

Cerca de la laguna en un pasaje estaba «El callejón del diablo» que desapareció con las construcciones, era un pasillo oscuro al cual se le llamaba así porque en las noches de invierno los vientos eran muy fuertes y con la oscuridad no se podía avanzar y creían que era el diablo que provocaba eso.

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