Aun guardo con mucho orgullo todo lo que aprendí en el colegio, aunque sentí que se me hizo más corto de lo que esperaba. Agradezco la formación en valores y la disciplina necesarios para volverme un agente de cambio en la sociedad. Aun recuerdo cuando estaba horas y horas en la sala de música trabajando mi lado creativo o como estaba en el taller y en las salas de clases interesado por el conocimiento entregado por mis profesores que tenían una gran vocación para enseña. También recuerdo con mucho cariño a todo el resto del personal que estaba en el colegio, que todos en conjunto ayudaban a mantener viva mi llama interior para alcanzar mis metas.
Aun también recuerdo parte de la letra del himno del colegio que cantaba en coro:
“Hoy en tus aulas he aprendido sobre la ciencia, el trabajo, y la verdad, también el arte y lo infinito sobre la técnica y su aplicación”.
Actualmente me encuentro estudiando Geología en la Universidad de Concepción siguiendo el sueño que tenía de niño de algún día poder ser Paleontólogo, la verdad cuando entré a la carrera iba preparado para encontrarme con todo un mundo nuevo, ya que pasar de una educación técnica a una científica yo pensaba que era un cambio muy radical, pero grata fue mi sorpresa de que, a pesar de haber estudiado en un colegio técnico no tenía nada que envidiar a mis pares que habían estudiado en colegios científicos humanistas. En esta carrera pude poner en practica los conocimientos que me entregaron durante 3ero y 4to medio, esto hizo darme cuenta del nivel de educación y herramientas que es capaz de entregar el colegio, y esto no solo a nivel de conocimiento teórico y práctico, si no también en el ámbito de los valores, la disciplina y la perseverancia para enfrentar los retos y desafíos que la vida universitaria conlleva.
Lo único que puedo hacer es agradecer por todo lo que se me dio sin pedir nada a cambio y llevar con orgullo el emblema de mi colegio.
Un abrazo fraterno,
Cristóbal Espinoza Pino